Mauricio Calgaro: una vocación sacerdotal salesiana nacida en Curuzú Cuatiá
- liramedios
- 3 sept
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03/09/2025.- LOCALES, Curuzú Cuatiá.-Curuzú Cuatiá, Corrientes – La comunidad salesiana celebra con alegría y esperanza la ordenación sacerdotal de Mauricio Ariel Calgaro, joven curuzucuateño que, alcanzado por la ternura de Dios, ha recorrido un profundo camino de fe y discernimiento hasta responder con un “sí” definitivo a su vocación.

En la tarjeta de invitación, junto al lema que eligió para que acompañe su vida ministerial, el diácono Mauricio escribe como dejándonos ver lo que hay en su corazón:
“Padre, tu ternura me rescató del frío de no saberme amado. En mi pecho latía callado, el mapa secreto del regreso y en los patios abiertos de Don Bosco, tu gracia “me primereó” con gestos.
Padre, tu nombre es misericordia en medio de este mundo sin entrañas, tu caricia con olor a torta frita y mate recién cebado, nos calienta el alma, como brasita viva bajo la ceniza.
Padre, tu eres amor que dignifica, que nombra y da existencia.
En tu oratorio nadie sobra, nadie es descartado ni olvidado.
Como madre en la puerta del rancho, como mate que no se niega a nadie.
Alcanzado por tu ternura viviré para anunciarla, como discípulo en camino, salesiano que busca tu rostro en el cuerpo herido del prójimo, en los patios donde aún vive el sueño de Don Bosco”
Sus raíces familiares y escolares
Mauricio nació el 14 de abril de 1995 en Curuzú Cuatiá, en el seno de la familia conformada por Alicia Itatí Gómez y Antonio Ramón Calgaro. Es el menor de cuatro hermanos: Dardo José, María Virginia y Fabricio Ignacio. Su familia, especialmente su abuela Zulema Acevedo, sembró en él desde pequeño la semilla de la oración.
Su trayecto escolar se desarrolló en instituciones locales: el Jardín Rayito de Sol, la Escuela N° 32 Belgrano (promoción 2006) y el Instituto María Auxiliadora (promoción 2012). En 2018 se recibió de Profesor de Filosofía, formación que le brindó herramientas intelectuales y pedagógicas para su futura misión pastoral.
Los sacramentos y su camino de fe.
Su vida cristiana estuvo marcada por los sacramentos: fue bautizado el 27 de febrero de 1996 en la parroquia Nuestra Señora del Pilar. Recibió la Primera Comunión el 27 de noviembre de 2005 en la capilla Medalla Milagrosa y la Confirmación el 5 de octubre de 2013 en la parroquia Nuestra Señora del Carmen de Funes, Santa Fe.
Vocación nacida en el oratorio.
La vocación salesiana de Mauricio nació en los patios del Oratorio, donde fue animador en 2007. Luego de la experiencia del patio salesiano, participó de distintos encuentros formativos en Ñu Porá. También participó del encuentro El Soñador. En 2013 se incorporó a Saltimbanqui, espacio de formación de animadores que marcó profundamente su camino de entrega juvenil.
En 2014 comenzó formalmente su camino vocacional ingresando al Aspirantado, etapa inicial de discernimiento y preparación. Dos años después, en 2016, emitió sus primeros votos religiosos.
La entrega definitiva y su formación teológica
El 24 de septiembre de 2022, en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús de Villa Luzuriaga (Buenos Aires), profesó sus votos perpetuos de manos del padre inspector Horacio Barbieri. Con el lema: “A Jesús hay que darle lo mejor”
En 2024 concluyó su formación académica y espiritual en el Teologado, obteniendo el título de Bachiller en Teología. Ese mismo año recibió los ministerios de Lectorado y Acolitado.
El 16 de noviembre de 2024, en la Casa Salesiana Buen Pastor de Isidro Casanova,
Buenos Aires, recibió la Ordenación Diaconal, con el lema: “El Buen Pastor da su vida por las ovejas” (Jn. 10, 11), de manos de Mons. Alejandro Musolino SDB, obispo auxiliar de Córdoba.
Este sábado 6 de Setiembre, en la Parroquia San Juan Bosco de nuestra ciudad, el diácono Mauricio recibirá el orden sacerdotal por la imposición de manos de Monseñor Alejandro Musolino.
El lema elegido para su ordenación sacerdotal, inspirado en el Evangelio de Lucas 15,20, es:
“Alcanzado por su ternura, viviré para anunciarla”, expresión que refleja la experiencia del hijo pródigo abrazado por el Padre, símbolo de la misericordia divina que ha marcado su vida.
Con este paso, Mauricio Calgaro se convierte en signo de esperanza para toda la Iglesia y en particular para la familia salesiana de Curuzú Cuatiá, que ve en él el fruto maduro de un camino de fe, comunidad y servicio a los jóvenes al estilo de Don Bosco.
JR.
Lili y Ramon
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